El sector turístico cerró el año 2022 con un balance positivo, experimentando un aumento en la demanda interna y una recuperación en el gasto. Sin embargo, el turismo se enfrenta a cinco desafíos clave para mantener su crecimiento en 2023.
El primer desafío es atraer talento cualificado, ya que el sector sufre un déficit de recursos debido a las restricciones de la pandemia. Las empresas deben crear entornos laborales atractivos y fomentar la formación para atraer y desarrollar los perfiles necesarios, especialmente en el ámbito de la digitalización. El segundo reto es la digitalización de la experiencia del cliente. Las compañías deben ir más allá de la digitalización de los procesos transaccionales y ofrecer una experiencia personalizada en todo el ciclo del cliente, adaptándose a sus expectativas cada vez más altas.
La sostenibilidad se convierte en el tercer desafío, ya que los clientes demandan que forme parte intrínseca de su experiencia. Las empresas deben adoptar prácticas sostenibles y ofrecer propuestas de valor alineadas con la responsabilidad social y ambiental, atrayendo tanto a los clientes como a los profesionales cualificados. El cuarto desafío implica pasar de un modelo turístico basado en el producto a un modelo centrado en el cliente. Las empresas deben identificar y comprender los perfiles de clientes a los que desean atraer y ofrecer experiencias que satisfagan sus expectativas concretas. Por último, la diferenciación se vuelve crucial para el futuro del turismo. Las empresas deben desarrollar propuestas de valor diferenciadas para atraer a una demanda cualificada y ofrecer productos personalizados a segmentos de clientes específicos.
Por lo tanto, el turismo en 2023 se enfrenta a los desafíos de atraer talento cualificado, digitalizar la experiencia del cliente, priorizar la sostenibilidad, cambiar el enfoque hacia el cliente y diferenciarse en el mercado. Superar estos desafíos permitirá al sector mantener su crecimiento y éxito en el futuro.
